Al fin llega la Primavera: el solecito comienza ya a calentar, los bichitos salen de sus escondites después de un duro invierno, el campo se viste con un manto verde y se adorna con sus flores frescas y sus aromas...
Todo se viste de luz y color, ya está aquí la estación más alegre y colorida.
En nuestra clase ha entrado como se merece: por la puerta grande.
El lunes, para dar la bienvenida a la estación, bajamos a nuestro patio para ver la higuera.
Ha estado peladita durante todo el invierno, pero durante el fin de semana han empezado a crecerle los primeros brotes. Incluso comienzan a asomar sus diminutos frutos, muy pequeñitos aún.
Es una suerte tener este árbol tan cerca para poder ver con claridad los cambios de las estaciones.
Cuando volvemos al aula hablamos de los cambios que se producen en esta estación, de las cosas que nos gustan y las que no.
Empezamos a hacer un mural de la Primavera, que adornará nuestra clase durante los próximos meses.
Coloreamos hojas verdes para el árbol, pajarillos de distintos tamaños, mariposas, setas y diferentes clases de flores, después las recortamos.
Pintamos el papel continuo que servirá de fondo para nuestro mural. Para ello utilizamos témperas, pinceles, rodillos y esponjas... ¡y a disfrutar!
Después de varios días, una vez que todo está pintado, recortado y seco, nos reunimos alrededor del mural para ir pegándolo todo.
Si queréis ver cómo lo hicimos, pinchad sobre la foto:
Otra de las actividades que hicimos a principios de la semana fue escuchar el Vals de las flores, de Tchaikovsky.
Este vals pertenece a la Suite Cascanueces, una de las obras que menos gustaba al compositor ruso y que, no obstante, se convirtió en una de las más famosas.
Después de escuchar el vals, conociendo su título, les pregunto en qué han pensado mientras lo escuchaban y esto es lo que contestan:
Víctor: Que estoy en el campo cogiendo flores moradas y amarillas para mi madre.
Ester: Yo he pensado con la música que yo le he regalado flores a mi madre.
Lucía: Que le he regalado a mi mamá flores de corazones.
Andrea: Que le iba a regalar a mi madre una hojita verde y flores de colores para mi madre y mi padre.
David: Que le regalo un ramo de agua a mi madre.
Yo: ¿Un ramo de agua?
David: Sí, un ramo de agua de la piscina.
Rafa: Yo le regalo a mi mamá flores.
Ismael: Yo le regalo a mi madre unas florecillas moradas.
Marcos: Que mi mamá me regala a mí unas flores.
Alguien: ¿Y por qué no se las regalas tú a ella?
Marcos: No, me las regala ella a mí.
David: O le regalamos la musiquita también (se refiere al vals).
Ester: Sí, es buena idea.
Paula: Unas flores rosas.
Volvemos a escuchar el vals de las flores, esta vez viendo a la vez el musicograma y distinguiendo cuándo suena el arpa, cuándo las trompas, los clarinetes...
Después les escribo el nombre de Tchaikovsky en la pizarra e intentamos leerlo, pero es muy difícil.
Les digo entonces que es un apellido ruso, y que si quitamos la T inicial, seguro que nos cuesta un poco menos.
Entonces Víctor pregunta: ¿Y cuál es su nombre?
Yo les propongo que lo investiguen en casa, que pregunten a los papás, a ver qué les cuentan y al día siguiente nos lo dicen.
El mismo martes ya teníamos una respuesta. David nos trajo incluso una foto del músico ruso y su nombre: Piotr. (El nombre completo era Piotr Ilich Tchaikovsky y les hace mucha gracia cuando lo oyen entero con cierto acento ruso).
Además, ¡David añade una de las viñetas del musicograma! (3 flores y un pájaro).
El musicograma lo veréis muy pronto.
En un principio les costó quedarse con el apellido, pero ya lo recuerdan con facilidad.
(Continuará)