martes, 4 de junio de 2013

Y CONTINÚAN LLEGANDO APORTACIONES DE LAS FAMILIAS


Ayer lunes llegaron a nuestra clase nuevas aportaciones de las familias.
Sara trajo otro cactus para cuidarlo. 
Éste tiene las espinas muy cortitas. No obstante, le sirven igualmente para defenderse de enemigos como algunos animales que buscan en él su alimento.





 Óskar llegó con una mariquita para la Venus atrapamoscas.





Intentamos dársela a la planta, pero nuestra Venus no estaba por la labor... no hizo ni intención de cerrarse.
Se ve que aún está digiriendo la que atrapó la semana pasada y de momento está satisfecha.
Probamos entonces con la Nepenthes, poniendo la mariquita en uno de los bordes, pero tampoco.
Parecía que sabía lo que le esperaba en las profundidades del cucurucho-trampa y no había manera de hacerla bajar por sus paredes.
La solución fue fácil... la echamos directamente al foso donde la esperaba el líquido encargado de descomponerla... ¡a grandes males, grandes remedios!
Una vez allí trató de subir por las paredes, sacando sus alitas, pero se resbalaba y no le fue posible.




Curro trajo una mosca que había cogido del campo de su abuelo. Nos contó que su tito le había quitado un ala para que no se escapara volando... ¡así  me gusta, Curro, implicando a toda la familia!
Aún así, la mosca corría tan rápido que no había forma de hacer reaccionar a la Venus.
Solución... ¡ al foso!
 La Nepenthes debió quedarse encantada con el suculento y copioso banquete.





Como siempre, ¡muchísimas gracias a las tres familias!



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jejeje, así me gusta, todos llevando bichitos a clase. De esta seguro que nos sale un experto entomólogo (si no nos denuncia antes una sociedad protectora de animales, jojo).

Por cierto, veo que ahora los bichitos van a parar a la Nepenthes tras pasar por su "tobogán de la muerte", desde luego que cómo os lo pasáis...

Papá de Curro.

PS Según leí en el blog parece que la mariquita tuvo que comerse un pulgón, ya que iban dos (con lo idealizado que se tiene a las mariquitas en la infancia y lo voraces y depredadoras que son).

Eva dijo...

Ya ves, Daniel, ¡con lo ingenuas que parecen las mariquitas!
Pues sí, aquélla ya vino comida de casa (o por el camino), porque aquí llegó un sólo pulgón.
Y menos mal porque si no, igual hubiese sido ella quien hubiese acabado comiéndose a la Venus atrapamoscas, y no al revés, jeje...
La sociedad protectora, de momento, no ha dicho nada.
Y más vale así, porque como pille a algún tito arrancando un ala a alguna mosca, ¡salimos en los periódicos! ;)
Pero, por supuesto, ¡dale las gracias de nuestra parte!